Las mismas reivindicaciones feministas, un siglo después
La Asociación 50a50 ha celebrado una nueva sesión de su club de lectura, esta vez centrada en la obra «Una habitación propia» de Virginia Woolf.
Este clásico delicioso de la autora británica reivindica la necesidad de que las mujeres tengamos un espacio propio. En palabras de la presidenta de 50a50, Anna Mercadé, “según Woolf la libertad para las mujeres es tener una habitación propia y una renta, y eso no ha cambiado casi nada, porque en muchas ocasiones seguimos siendo esclavas de los cuidados y las tareas domésticas”.
“Las escritoras de clase media en su casa sólo tenían una sala única para todos, por tanto era donde escribían con mil interrupciones, y además tenían que hacerlo a escondidas para que la autoridad patriarcal no las riñera. El sistema patriarcal, por tanto, les impedía pensar, ser profesionales, poetas o artistas”, ha dicho Mercadé.
Virginia Woolf escribió este ensayo en 1929, pero “mantiene toda su actualidad –ha defendido la vicepresidenta Mar Gaya–, por ejemplo en cuanto a la valoración de los trabajos de las mujeres: los trabajos feminizados no se valoran igual que los masculinizados, eso lo describe Woolf en su obra y sigue siendo así”.
Anna Mercadé ha coincidido: «Las reivindicaciones profundas que exigía Woolf son las mismas que tenemos nosotras, hemos avanzado pero es un espejismo».
En este sentido, Gaya ha recomendado la lectura de esta obra: «A veces tenemos la sensación de que hemos avanzado mucho en cuestión de igualdad, y ciertamente hay un avance, pero muchas de las desigualdades que describe Virginia Woolf todavía las sufrimos».