Cada Navidad, los juguetes devuelven a las niñas a la casilla de salida
Esta Navidad, la Asociación 50a50 lanza una campaña de denuncia para evidenciar cómo el sector de los juguetes sigue sin adoptar una perspectiva de género.
Que los roles de hoy se convierten en los comportamientos del mañana es un hecho constatado. Aún así, el juego durante la niñez sigue creando estereotipos de género, reproduciendo roles que no son justos. Desde la concepción del juguete y el envoltorio, hasta la publicidad, pasando por cómo se presentan en los catálogos y escaparates… se siguen perpetuando patrones de conducta en la educación a través del juego, patrones que se convertirán en las diferencias de género del futuro.
La publicidad es donde mayor incidencia tiene esta discriminación de género, sobre todo en las redes sociales. Así lo constata el Consejo Audiovisual de Catalunya (CAC) en un estudio de la campaña de juguetes 2019-2020, que concluye que «cerca del 70% de los vídeos con publicidad de juguetes en las redes sociales incluyen representaciones de estereotipos femeninos». Estereotipos que recrean roles de belleza o cuidado y que en televisión representan el 35% de los anuncios de juguetes. Los juguetes de las niñas les enseñan que tienen que gustar y dedicarse a tareas del hogar o cuidados.
Por otra parte, los juguetes dirigidos a los niños se asocian al atrevimiento, al intelecto, a la creatividad. Desde el pirata que surca los mares, al ingeniero que construye o pilota grúas, aviones o coches de fórmula 1.
El propio estudio del CAC demuestra cómo el lenguaje que se usa en los anuncios también esconde una trampa gigante para el futuro. En los anuncios protagonizados por niñas, las palabras más utilizadas son llorar, reír, mágico, color, accesorios… imbricando el juego femenino con las emociones, la fantasía, la belleza. En cambio, en los anuncios protagonizados por niños, las palabras que más se utilizan son ganar, prepararse, activar, batalla, generando valores como el atrevimiento, la iniciativa, el riesgo, el empoderamiento.
Y todo ello puede acarrear graves consecuencias, como evidenció un estudio publicado en la revista Science: “Entre los 5 y los 6 años, las niñas dejan de asociar la inteligencia con su género”. En cambio, comienzan a asociar otras habilidades como la amabilidad.
Nos desesperamos hablando del techo de cristal y de la ausencia de mujeres en cargos directivos. Denunciamos la brecha salarial y el hecho de que son las mujeres quienes más renuncian a su progreso profesional para cuidar del hogar y la familia. Pero ese camino hacia la paridad de género comienza desde la infancia. Y empezará cuando regalar una plancha o una lavadora en miniatura a un niño pequeño no sea motivo de mofa o de clichés. Cuando en nuestros valores más profundos asumamos que las niñas tienen la misma capacidad para crear, inventar, imaginar, dirigir, construir, pilotar, que los chicos.
#CambiemosElJuego
Para denunciar esta situación injusta y anacrónica, desde la Asociación 50a50 lanzamos esta Navidad la campaña #CanviemElJoc / #CambiemosElJuego, con los siguientes objetivos:
- Queremos viralizar por los máximos medios posibles este agravio en una parte tan importante de la educación de las personas, como es el juego.
- Queremos que fabricantes de juguetes, publicistas y medios sean conscientes del papel que desempeñan en la erradicación de las diferencias de género y en la construcción de un mundo más paritario.
- Queremos que las organizaciones que quieran visibilizar los estereotipos de género en el juego firmen el manifiesto y se sumen a llevar a cabo una acción conjunta dirigida a la Asociación de Fabricantes de Juguetes, que justamente en estos momentos está revisando su Código Deontológico.
Porque un mundo paritario comienza el día que nacemos y se despliega en una de las primeras actividades que hacemos y nos hace crecer como personas, el juego.