Mujeres excepcionales y mujeres (mal) educadas
Politóloga de solo 34 años, María Florencia Freijo es una enciclopedia feminista, fuente de sabias reflexiones sobre por qué y cómo estamos donde estamos en cuanto a la igualdad (o desigualdades) entre mujeres y hombres. Lo plasma de forma generosa en «(Mal) Educadas» (Planeta), su segundo libro, y también lo ha explicado a las socias de 50a50 en la sesión del club de lectura que se ha organizado.
Según la sinopsis del libro: «Buenas esposas, concubinas, amantes, hijas, madres. Siglos de (mala) educación han insistido en formar a las mujeres como buenas servidoras, siempre al servicio de otro. Incluso cuando la escuela estaba fuera de su alcance, estas enseñanzas inorgánicas se repetían hasta convertirse en un sustrato permanente que todavía hoy impulsa a las mujeres a cumplir miles de mandatos».
Se trata de un ensayo precioso, apto para todos los públicos y muy necesario para las nuevas generaciones, en opinión de la secretaria de 50a50, Cristina Oliva, quien se ha encargado de dirigir la charla.
Freijo ha explicado la relación entre la historia de las mujeres y la inseguridad que sienten: “Se ha producido un aislamiento histórico de las mujeres, vemos a mujeres aisladas, una Marie Curie, una Concepción Arenal, una Eva Perón, mujeres importantes pero aisladas. Y entonces el mensaje que queda es que las mujeres son visibles solo cuando son excepcionales, porque no hay una historia construida por las mujeres, sólo conocemos la historia de los hombres. Luego las mujeres acabamos conversando sobre cosas que nos pasan y de las que dudamos, y esa duda viene por el aislamiento y por no conocer nuestra historia”.
Ha reconocido tener una “mirada bastante pesimista” porque “por ejemplo los contenidos infantiles más vistos en Youtube son de contenido muy sexista”, con lo que “hay una reproducción generacional de estos modelos que va a ser muy difícil cambiar”, y sobre todo teniendo en cuenta que esos modelos producen sesgos inconscientes.
Según estos sesgos y el modelo cristiano, ha argumentado la experta en perspectiva de género, existe un arquetipo de cómo tienen que ser las mujeres: “Mujeres calladas, lejanas, sumisas, boludas. Y si llegamos a posiciones de poder no podemos alzar la voz, tenemos que mostrarnos conciliadoras siempre, no podemos hablar con contundencia y autoridad siguiendo el estilo de liderazgo masculino”.
Respecto al acceso a estas posiciones de responsabilidad, María Florencia Freijo ha defendido que “los hombres se resisten a perder el poder y que las mujeres tenemos reticencias a ser dirigidas por otras mujeres”. Y lo ha explicado: “No es una opinión, lo demuestran varias investigaciones reveladoras sobre los sesgos, en una variedad de campos, a nivel educativo, médico, empresarial. Estos estudios señalan que las mujeres valoran más positivamente a los hombres que a las mujeres, porque una vez llegamos al poder tenemos que sobrevivir como excepcionales. Nos enseñaron que sólo hay una Eva Perón o una Marie Curie, y yo quiero ser esa mujer, no quiero que ninguna otra mujer me haga sombra porque sólo llegará una y sólo llegará si es excepcional. Eso genera una competencia feroz entre mujeres, que a veces no es intencionada, sino debida a los sesgos”.